La fertilidad es la capacidad que se tiene para concebir un hijo y en las mujeres tiene una estrecha relación con su edad. La mejor edad reproductiva de una mujer es cerca de los 20 años y disminuye gradualmente a partir de los 30 años, sobre todo después de los 35 años.
¿Qué es la infertilidad?
La infertilidad es la dificultad para lograr o mantener un embarazo. Los problemas de fertilidad pueden ocurrirles a las personas de todos los géneros y pueden tener muchas causas. Se trata de una enfermedad del sistema reproductivo masculino o femenino consistente en la imposibilidad de conseguir un embarazo después de 12 meses o más de relaciones sexuales habituales sin protección.
Cuando una pareja no logra el embarazo, las dos personas tienen las mismas posibilidades de ser la causa. Por eso, cuando una pareja tiene problemas para quedar embarazada, usualmente se les hacen pruebas de infertilidad a ambos, y luego de obtener los resultados y diagnóstico más preciso, de todos modos, se habla del problema de la pareja.
Descubrir la infertilidad nos duele, e implica atravesar un duelo emocional, en el que nos encontramos con sentimientos de dolor, enojo, tristeza, frustración, soledad, culpa, entre otros. Nadie está preparado para la infertilidad: aparece de golpe, no avisa y nos duele tanto en el cuerpo como en el alma, perdemos un plan, un proyecto que hay que poder rearmar desde otro lugar.
Cada persona vive este duelo de manera muy diferente, es algo muy íntimo y personal. Influye en el proceso nuestra personalidad, fortaleza o vulnerabilidad, cultura, nuestra propia historia de vida y contexto. Es muy importante contar con una red de contención . Cuando nos enfrentamos a un diagnóstico de infertilidad, el camino a tomar puede llevarnos un tiempo.
La elección puede abrumarnos, hay que buscar el camino adecuado a cada persona o pareja. Es importante buscar información sobre las alternativas posibles y tomar la mejor opción y decidir nos preocupa, y ocupa. Se trata de construir nuestra familia, y ninguna es igual a otra. Salir del automático, buscar nuestro propio arco iris, abrir nuestro corazón y mente a alternativas. Cuando los caminos naturales no nos permiten lograr nuestro sueño, hay que salir a buscarlo desde otro lugar. Tomar la mejor opción y decidir nos preocupa, y ocupa. Se trata de construir nuestra familia, y ninguna es igual a otra.
Y así poder salir del automático, buscar nuestro propio arco iris, abrir nuestro corazón y mente a alternativas. Cuando los caminos naturales no nos permitieron lograr nuestro sueño, hay que salir a buscarlo desde otro lugar.
Para quienes luchamos contra la infertilidad, podemos elegir adoptar o subrogar. Son dos caminos para ser padres. Es importante considerar todos los aspectos, ser abiertos sobre nuestras posibilidades, expectativas.
No hay soluciones simples o mágicas frente a los problemas de infertilidad, pero si con nuestra decisión vamos a encontrar nuestro arco iris y esperanza.
Hay muchos que atravesamos el mismo camino que vos, encontrarte con este acompañamiento para enfrentar la infertilidad ayuda en el largo viaje y camino a transitar.
La reproducción es una meta para muchas personas. El ser humano es un ser social que vive en familia y la genética sigue jugando un papel importante aún hoy en la sociedad.
En este sentido, la gestación subrogada es otra de las opciones que tienen estas familias que no pueden procrear y que, además, ofrece la posibilidad de tener hijos biológicos.
Ningún camino invalida otro, podemos transitarlos, conocerlos y elegirlos en
diferentes momentos.
La adopción ha sido vista a menudo considerada como opción para quienes no pueden ser padres biológicos. Adoptar es un camino para ser padre. Conlleva a crear un vínculo con un niño que carece de familia. No es necesario tener problemas de fertilidad para adoptar, ni mucho menos. Está demostrando que el amor entre padres e hijos está muy por encima de los vínculos biológicos Hay un puente de amor, deseo, anhelo, podrán así unirse dos caminos, unos padres que quieren un hijo, y un hijo que quiere unos padres.
Ningún camino invalida otro, podemos transitarlos, conocerlos y elegirlos en diferentes momentos.
La adopción ha sido vista a menudo considerada como opción para quienes no pueden ser padres biológicos. No es necesario tener problemas de fertilidad para adoptar, ni mucho menos. Adoptar es un camino diferente para ser padres. Conlleva a crear un vínculo con un niño que carece y necesita de una familia.
Está demostrando que el amor entre padres e hijos está muy por encima de los vínculos biológicos. Hay un puente de amor, deseo, anhelo, podrán así unirse dos caminos, unos padres que quieren un hijo, y un hijo que quiere unos padres.
Otro camino diferente es, Gestación por sustitución o subrogada, maternidad por sustitución, alquiler de vientres, son todos términos que escuchamos cuando se trata de un hijo que nace de una mujer que no lo es realmente su madre. Los modelos de familias, las posibilidades de ser padres, el derecho de familia se vieron atravesados por grandes avances constantes de la ciencia que posibilita nuevas formas de procreación y de determinación filial.
En mi caso, el problema estaba en la retención del embarazo. Silencio y dolor. Los estudios, las consultas, los intentos. Es un camino largo, pero hay respuestas y hay diferentes maneras de llegar a formar esa familia que soñamos.
El 4 de junio, la Organización Mundial de la Salud, nombra Dia Mundial de la Fertilidad, para recordar la importancia del cuidado de la salud reproductiva y hablar sobre la infertilidad, que puede afectar tanto a hombres como mujeres por motivos muy diversos. Concientizar que el mayor factor de riesgo es la edad de la mujer, que limita las posibilidades de lograr un embarazo tanto de forma natural como con tratamiento de reproducción asistida.